martes, 27 de enero de 2009

PROCESO ESCOLAR

Desde hace ya un tiempo que inicie mi camino de la educación. Recuerdo que comencé a los 4 años en kínder Kallipintontli de la colonia Miguel Hidalgo, mi maestra se llama Maricela que aun continua con su docencia.

Fue un mundo desconocido, pero atractivo, muchos amigos, adultos interesados en dar y compartir cosas, me toco ver los cambios de estructura en el kínder que no fueron de mi agrado todo fue en pro de la seguridad para todos porque cambiaron la súper alberca con puente y todo por un chapoteadero.

Como la norma dice a los 6 años entre a la primaria, creo que mi maestra se llamaba Hilda, fue una de las maestras más comunes faltaba seguido o llevaba sus hijos ala escuela y por supuesto eran su centro de Atención dejando su grupo de lado y también me dio clases en el segundo grado.

El tercer año fue muy bueno la maestra Isabel era agradable y más dedicada a enseñarnos a compartir cosas.

El cuarto año fue deficiente el maestro era delos que llamamos “barco” improvisaba sus clases además de que se le olvidaban algunas cosas en matemáticas y como era que mas me gustaba mi papá me apoyo y enseñaba cosas nuevas. Eso sí, el maestro era respetado porque sabia de música y cantaba el Himno Nacional todos los lunes.

Quinto y sexto año fueron los mejores, tenía una gran maestra a la que admiraba mucho, que hasta la fecha de vez en cuando la veo. Sabia mucho, tenia una gran paciencia y un algo que hacia que todo lo que nos enseñaba era fácil e interesante.

Ya en la secundaria comprobé que si hay buenos, malos y muy malos maestros, ejemplo de ello había un maestro que llegaba con una soberana resaca (cruda) a impartir clase, ya no sabia si sentir pena o admiración por presentarse es su estado y el esfuerzo que hacia para dar clase.

Por su puesto también la maestra que todos odiaban por ser gruñona exigente y presionarnos a trabajar mas.

A pesar del nerviosismo del maestro la clase de química era la que mas me gustaba, aunque una vez al mes tenias que recitar la tabla periódica de memoria para aprobar la materia, del mismo modo me di cuenta que la física no es lo mío a pesar de tener el mejor maestro por lo que nunca me fue bien en esta materia.

Otro caso es el de una maestra que se hizo popular con su tan mencionado viaje a Europa como regalo de 15 años y nos forzó a utilizar la carpeta de anillos sin romper las hojas por su puesto de historia solo supimos lo de su viaje.

De los buenos maestros fue el de matemáticas nunca se enojaba, tenia una gran paciencia y facilidad de explicar su materia.

A la maestra de más recuerdo es la de taquimecanografía, era toda una calamidad siempre nos tocaba salir temprano por que no iba a la escuela además de que se rompió dos veces un pie y como consecuencia no se escribir rápido en teclado.

En el Bachilleres fue casi lo mismo, abundaban los malos maestros por mencionar alguno, he de contar de uno que se podía sobornar con una simple botella de cualquier licor o nos ponía a jugar futbol soccer grupo contra grupo para aprobar su materia, gracias a este personaje por un tiempo perdí el interés por las matemáticas por no saber resolver sus problemas inventados y me uní al grupo de los que tuvimos que recursar la materia.

A la consideré como la mas intransigente fue la de Biblioteconomía cuando nos mando a ejemplificar con una ficha bibliográfica sus famosas reglas de catalogación anglo-americana (eran mas de mil ejemplos). Gracias a ella, durante tres semestres todos los sábados iba a la biblioteca central de la UNAM a catalogar libros.

Lo contrario de ella fue la de química, tenia un problema de dicción muy característico pero se las arreglaba para dar su clase al punto que te olvidabas de su problema y te entusiasmaba tanto que todo el mundo participaba.

En el ultimo semestre tuve el primer contacto con lo me llevaría a estudiar la Lic. en Enfermería. Tome un curso de primeros auxilios, ahí me di cuenta que eso era lo que me gustaría continuar estudiando.

La carrera fue intensa con teoría y practica a cada semestre con los maestros que daban todo y con los que salo te pedían cumplir con sus requisitos para solo aprobar la materia, es aquí cuando realmente te defines como un buen o mal estudiante, se despierta el espíritu competitivo entre los compañeros obligándote a hacer tu mejor esfuerzo a cada día. El saber que tienes una vida en tus manos te vuelve responsable, dedicado y comprometido al respeto del dolor ajeno y ser agradecido con la vida. De los maestros que marcaron esta época entre muchos fue el de Anatomía por ser excelente en clase, buena persona y por ser quien nos puso en contacto por primera vez con un cadáver para hacer una muestra de tejidos.

De la maestra de enfermería en pediatría aprendí muchísimo mas de las técnicas de enfermería, nos enseño el amor a la carrera, hacer las cosas con calidad a ver la importancia de los niños sanos o enfermos y es entonces que sin saberlo aun me perfile por algo nuevo en mi vida.

Me titule y ejercí por algún tiempo en el Hospital Pediátrico Sheiner’s, donde tuve muchas experiencias buenas y malas, aprendí mas a valorar y respetar la enfermería hasta que decidí continuar trabajando pero desde otra perspectiva; desde mi punto de vista trabajar con niños sanos.

Ahora soy docente en preescolar.

Los que significa para mi un gran reto y me obliga a prepararme mas día con día, por lo que inicie estudiando Asistente Educativo y ahora la Lic. en Educación Preescolar.

El apoyo primordial ha sido por supuesto de parte de la familia, ya que han estado junto a mi en cada paso que doy, sin cuestionar o juzgar las decisiones que he tomado en los cambios que le di a mi vida en cuanto a la profesión que estudie y la que ahora ejerzo, que valga la pena decir es una de mis grandes paciones.

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